Historia de la Posada Ventisquero
La Posada Ventisquero se encuentra en el municipio Independencia, Capacho, en el estado Táchira, en pleno corazón de la cordillera de Los Andes. Este emblemático refugio está situado muy cerca de uno de los puntos más bajos para cruzar la cordillera. Este accidente geográfico es una característica que distingue a la región del Táchira y, como tal, permite una intensa relación política y comercial con la República de Colombia. Según estudios geológicos, esta zona fue parte del fondo marino en épocas prehistóricas, lo cual se evidencia en los fósiles que se encuentran dentro de los terrenos, de la posada, como ostras y otros restos marinos petrificados.
Un lugar de confluencia natural.
El corredor de los vientos Alisios provenientes del océano Atlántico, atraviesa el valle de las Auyamas, trayendo consigo una brisa constante desde el Atlántico hacia los llanos y Andes venezolanos. Este fenómeno crea un microclima especial en la zona, favoreciendo la biodiversidad y resaltando la importancia ecológica del lugar.
Detrás de la posada se extiende un área decretada como Zona de Reserva Hidráulica, cuyo principal protagonista es la Montaña La Estilosa. Este nombre fue dado por los lugareños de antaño, pues la montaña nutre de agua a los páramos cercanos, como el Páramo de La Laja, Páramo de La Sabana y Páramo El Duende. La zona de Reserva Hidráulica actúa protegiendo la vegetación tupida de la zona, el suelo, la fauna y las nacientes de agua, garantizando su rol como pulmón natural de la región y fuente vital de agua para la comunidad.
Un legado arquitectónico y cultural.
La posada es un homenaje a la arquitectura típica tachirense, diseñada por el arquitecto Julio César Hernández, quien se inspiró en el paisaje circundante para crear una estructura que evoca las tradicionales casas andinas. Con techos de caña brava, piedras y maderas de la zona, obtenidas de un área cercana a solo 2 kilómetros, así como tejas y pisos de terracota provenientes del cercano Hato de la Virgen, en consecuencia la construcción mantiene viva la tradición local. El arquitecto para diseñar la casa, se inspiró en la sensación de libertad que le transmitía el lugar, ya que estar en esta loma era como «volar» por todo el espacio del valle del río Torbes, por lo que la posada fue diseñada con una forma simbólica de un avión listo a despegar!. Aunque la estructura ha cambiado con el tiempo, en sus inicios como se ha dicho,la posada se asemejaba a un avión con su cabina, alas y fuselaje, lo que aportaba un toque único a la edificación.
Dentro de la posada se conserva una colección de objetos antiguos, incluyendo herramientas de trabajo de antaño y puertas de madera talladas a mano, algunas de ellas réplicas de las puertas de la Iglesia de Capacho. Estos elementos no solo reflejan la historia y cultura local, sino también la dedicación y el respeto hacia las tradiciones y el patrimonio de la región.
Historia y Caminos Reales.
La región de Capacho fue un punto clave en los antiguos Caminos Reales, rutas construidas durante la colonia para facilitar la comunicación, el comercio y la cacería. Estos caminos, conocidos como “caminos de la gente”, fueron esenciales para la comunicación y el intercambio entre las diversas comunidades de los Andes y la República de Colombia. El legado de estos caminos sigue siendo una parte vital de la historia local.
La Posada Ventisquero, más que un simple lugar de hospedaje, es un espacio que se conecta con la naturaleza sin irrumpir en ella, integrándose armónicamente al entorno. Este lugar ofrece a sus visitantes la oportunidad de conectar con la historia, la cultura y la biodiversidad de los Andes venezolanos.